lunes, 25 de mayo de 2009

DICTADO

Pipeto, el mono de vello rosado, dormía bajo su nueva cama enrroscado como un ovillo. Añoraba observar las estrellas por la noche sentir la lluvia fresca y corretear por el valle. Aquello de ser emperador era un rrollo. ¿Quien había dicho que era un oficio sencillo tenía que hallar una solución... Entonces llamó a la puerta el maestro de ceremonias, asomó la cabeza y le dijo a Pipeto: Pipeto, vuelve al bosque si es lo que deseas.

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